Hace unos días se celebró en Barcelona el I Congreso Global de Medicina Maternofetal y los organizadores convocaron a una rueda de prensa para denunciar el aumento «desaforado» de cesáreas en los últimos años. Los motivos son variados, aunque ellos insistieron en que muchas pacientes solicitan esta intervención con la intención de no sufrir los dolores que provoca el parto o porque piensan que es un proceso menos traumático para su bebé. Especialmente las primerizas.
Los ponentes también comentaron que los médicos tienen miedo a las denuncias y que en ocasiones prefieren adoptar una actitud sumisa y ejercer un modelo de «medicina defensiva» cuando las embarazadas les solicitan la intervención quirúrgica.
No han negado que, en algunos casos, sean los propios médicos los que propicien esta decisión de sus pacientes, motivados por la comodidad resulta poder programar el nacimiento y resolverlo en media hora, a diferencia de los largos procesos de trabajo de parto, que se pueden extender varias horas y que ocurren también en las madrugadas. Y los días festivos.
Según los datos más recientes, en España el 25 por ciento de los bebés nacen por cesárea, mientras que en países como Italia, México o Brasil esta intervención supera el 40 por ciento de los nacimientos.
A pregunta expresa de los periodistas los médicos detallaron que sólo en el 15 por ciento del total de partos existen condiciones clínicas para indicar una cesárea, aunque con el aumento de la edad del primer embarazo este porcentaje está subiendo. En todo caso, no supera el 20 por ciento del total.
Ya con los datos en la mesa, le preguntamos cuántas cesáreas se hacían sin indicación clínica en España. La respuesta fue que el 5 por ciento y esa cifra saltó a los titulares de nuestras noticias al día siguiente. Fue el resultado de restar apresuradamente un 20 por ciento de las cesáreas indicadas, al 25 que conforma el índice total. Se nos coló a todos. Médicos y periodistas.
Ya en casa, en la cama y a punto de dormir, de pronto caí en la cuenta de que no era la proporción correcta. En realidad, las cesáreas realizadas fuera de indicación en España son 5 de cada 100, pero del total de nacimientos, no del total de cesáreas. Por lo tanto, esas cinco cesáreas, de las 25 totales por cada cien nacimientos, son en realidad, ¡el 20 por ciento!. Es decir, que al menos una de cada cinco cesáreas se hacen sin una justificación médica.
Lo peor del caso es que las futuras madres no son conscientes de los riesgos y consecuencias que tiene esta intervención tanto en para su bebé, como para ellas mismas. Además de que la recuperación es mucho más lenta con esta intervención, existe un riesgo real de infecciones, sangrado y complicaciones propias de la cirugía, además del peligro de que la placenta se inserte en la cicatríz o el útero se rompa en un futuro embarazo. También hay más probabilidades de que falle la lactancia materna con este tipo de nacimiento.
La Pastanaga 